Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025
El karate vibró en Asunción 2025 con un torneo lleno de intensidad y emoción. Durante tres días de competencia, los mejores karatekas juveniles del continente se dieron cita para disputar medallas y demostrar el crecimiento del karate en las Américas.
El tatami paraguayo fue escenario de combates memorables. Al final, el medallero reflejó no solo el nivel competitivo, sino también la diversidad de países que hoy compiten al más alto nivel.
Venezuela, gran protagonista
Con 2 medallas de oro, Venezuela se consolidó como potencia en el tatami, confirmando la calidad de su generación juvenil y su lugar entre los líderes del continente.
Brasil, consistencia y volumen
El equipo brasileño fue uno de los más destacados al alcanzar 7 preseas en total (1 oro, 3 plata y 3 bronce). Su regularidad en todas las categorías lo posicionó como un rival temible y un ejemplo de preparación constante.
Ecuador y Nicaragua, sorpresas positivas
Ambos países compartieron un lugar privilegiado al sumar 2 medallas cada uno (1 oro y 1 plata), resultados que confirman su proyección internacional y el trabajo que vienen desarrollando en la formación de atletas jóvenes.
Argentina, Estados Unidos y México, protagonistas constantes
Tanto Argentina como Estados Unidos lograron 4 medallas cada uno, manteniendo su presencia en la élite del karate panamericano.
México, por su parte, sumó 3 preseas que lo colocaron en la séptima posición, demostrando un crecimiento sostenido de su cantera.
Otros países presentes en el medallero
El campeonato también permitió que Canadá, Puerto Rico, Perú, Uruguay, Bolivia, Colombia y Chile subieran al podio, reflejando la expansión y desarrollo del karate en toda la región.
Unos Juegos de unión y excelencia
Más allá de los números, lo vivido en Asunción 2025 fue una verdadera celebración de la juventud, la disciplina y el espíritu deportivo. Cada combate, cada saludo, fueron muestra de que el karate no solo forma campeones, sino también mejores personas.
Asunción 2025 quedará en la memoria como unos juegos de pasión, esfuerzo y entrega, que confirma al karate como un deporte de unión y excelencia en las Américas.